En honor al Dr. René Favaloro en el día de su fallecimiento.
La dignidad médica está vinculada al correcto ejercicio profesional. El paulatino deterioro del ámbito laboral, la retribución económica y el reconocimiento del médico afectan la dignidad del ejercicio.
Es necesario que el médico tenga la mayor posibilidad de actualización y perfeccionamiento, lo que se traduce luego en un beneficio para el paciente.
La abundancia de médicos y la presencia irregular de profesionales extranjeros favorecen la aceptación de condiciones laborales en lugares sin instalaciones adecuadas en donde los pacientes son atendidos sin el tiempo necesario para cada consulta, por lo que el médico no obtiene el afecto de sus pacientes. La compensación económica es mala y la resultante es la frustración y una actividad que requiere un esfuerzo extenuante, en donde los honorarios médicos se han convertido en la variable de ajuste económico de una medicina altamente tecnificada y costosa.
Todo médico debe contar con la posibilidad de la objeción de conciencia de acuerdo con las leyes de la Ética y sus creencias.
Es necesario que se promueva una política de respeto a la profesión que desaliente el acoso legal y la preocupante violencia en sus distintas formas a las cuales el médico lamentablemente está expuesto. Para esto es importante contar con una defensa gremial adecuada.
Actualmente existen programas que buscan acompañar al médico para garantizar el buen ejercicio de su profesión.
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